El Sistema Nacional de Salud incluirá por primera vez un medicamento para dejar de fumar, que podrá ser recetado tras un nuevo protocolo en los centros de asistencia primaria y del que el Ministerio de Sanidad calcula que se podrán beneficiar, de entrada, unas 70.000 personas. El anuncio lo ha realizado la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, que asiste en Nueva York a diferentes cumbres sobre sanidad universal que se han convocado en torno a la Asamblea General de la ONU. Hasta ahora, solo Navarra ha subvencionado tratamientos contra el tabaquismo.

El Ministerio aborda una adicción que provoca unas 50.000 muertes al año en España, con la subvención del principio activo de la vareniclina, cuya marca comercial de referencia es Champix. La ministra aseguró que llevará la vareniclina a la próxima comisión interministerial de precios, que se celebra este lunes. Este es el último paso para permitir su financiación como medicamento para deshabituar del tabaco. «Es cuestión ya de semanas que entre en la cartera de servicios», subrayó Carcedo. Una vez aprobado, los médicos de atención primaria contarán con un protocolo de prescripción en los pacientes en tratamiento.

El Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, que aglutina a unas 40 sociedades científicas y médicas, reclama desde hace dos décadas que el tratamiento de la adicción a la nicotina debe formar parte de la cartera de servicios de atención primaria. Porque, añade, un tratamiento adecuado puede multiplicar hasta por 10 las posibilidades de dejar de fumar en comparación a cuando se realiza el esfuerzo de forma personal y sin la ayuda adecuada.

Preocupación por los vapeadores

Carcedo, que acaba de impulsar una campaña de publicidad en contra del consumo de todo tipo de productos relacionados con el tabaco, está preocupada también con los efectos del consumo de cigarrillos electrónicos y vapeadores.

«Lo que nos encontramos con estos nuevos productos del vapeo es que no estamos solo ante un daño a medio y largo plazo, como con el tabaco tradicional», advierte Carcedo. En Estados Unidos,

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