La compañía suiza Pharmex puso hace dos años sus ojos en los antiguos laboratorios Pérez Giménez, en Almodóvar del Río (Córdoba). Tras una nefasta gestión empresarial, llevaban cinco años en concurso de acreedores y acumulaban dos expedientes de regulación de empleo sobre sus espaldas. “La compañía buscaba un laboratorio farmacéutico, sobre todo en Europa, que tuviera planta de fabricación. El interés de Pharmex era completar la cadena de valor. Hasta esa fecha, solo vendíamos lo que comprábamos a otros fabricantes”, explica el director general de la firma, Juan Carlos Santé. La empresa estuvo buscando instalaciones en Grecia y en Alemania hasta que, en noviembre de 2016, se hizo por 9,5 millones de euros con los laboratorios cordobeses, que cuentan con una factoría de 54.000 metros cuadrados. Después de invertir 20 millones, Pharmex lanzó el pasado septiembre sus primeros productos, entre ellos el popular analgésico Calmante Vitaminado, y prevé cerrar el primer año con una facturación de 30 millones de euros.

Santé apunta que la firma se encontró con unos laboratorios “con apenas pulso”. “Pharmex compró activos, no un laboratorio porque, tras el concurso de acreedores, la Agencia Española del Medicamento hizo desaparecer las licencias, los dosieres de los productos se quedaron en stand by, a la espera de volverlos a validar… Todo estaba en un estado de hibernación”, apunta el director general, que recuerda que cuando los directivos fueron a ver las instalaciones “entraron con linternas”. “Comenzamos un proceso de recuperación que finalizó en abril de 2017, cuando obtuvimos los permisos de la Agencia Española del Medicamento. Un proceso que fue más rápido gracias a que incorporamos a cinco antiguos trabajadores”, señala. La firma ha vuelto a fabricar comprimidos, supositorios, cremas, jarabes, cosmética…, así hasta 50 referencias, incluido el Calmante Vitaminado, un analgésico que durante décadas consiguió ser uno de los más vendidos de España. “No renunciamos a la herencia de Pérez Giménez porque consideramos que fue una compañía muy nuestra”.

Con más de 60 años de historia, los laboratorios Pérez Giménez entraron en concurso de acreedores en 2011 después de que un año antes la familia que da nombre a la firma la vendiera por un euro a un grupo inversor.

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