Uno de los controles habituales que se le realiza a las mujeres embarazadas tiene que ver con el azúcar. Un examen rutinario que se lleva a cabo dos veces: en el primer trimestre y entre la semana 24-28. La razón de esta prueba se debe a que durante el embarazo puede aparecer lo que se conoce como diabetes gestacional.Esta prueba se lleva a cabo siempre, independientemente de que la madre ya padezca diabetes, tenga antecedentes, sufra obesidad o cualquier otra circunstancia que la predisponga a tener diabetes durante el embarazo. Para detectar la diabetes gestacional se suele realizar el test de O’ Sullivan. El procedimiento, según la Asociación Española de Pediatría (AEPED), tiene dos pasos. El primero es el propio test en el que se suministra, una hora antes, una «sobrecarga oral de 50 g de glucosa» para ver cómo responde el cuerpo. Pasada esa hora se determina el nivel de glucosa en sangre mediante un análisis normal. El test arroja un resultado positivo si es igual o superior a 220 mg/dL. Si no se realiza este test habría que hacer la prueba que se conoce como «la curva de glucosa» (en el caso del test de O’ Sullivan no es necesario). Se hace cuando el resultado es igual o superior a 140 mg/dL. Para ello, se lleva a cabo la «curva de glucemia de 3 horas con 100 g de glucosa oral». Cuando dos valores de la curva superan los índices normales de glucosa, se diagnostica diabetes gestacional.En algunos casos el médico puede solicitar que la mujer embarazada controle sus propios niveles de azúcar en sangre en casa. En otros, quizás deba usar insulina y realizar revisiones más frecuentes. Además de esto, le recomendará llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio.La razón por las que esta prueba es tan importante es debido a que puede provocar complicaciones maternas y riesgos para el feto. Algunos que expone la AEPED son:Cuando el bebé nace, es posible que presente algunas complicaciones derivadas de la diabetes gestacional. Por ejemplo, lo más frecuente es que tenga hipoglucemia. También, hasta un 40% de los bebés que han tenido madres diabéticas pueden sufrir hipocalcemia, según indica la AEPED.Con todo, pueden ser más grandes y tener un peso mayor al que corresponde a su edad gestacional. Además, suelen tener bastante tejido adiposo debido al exceso de glucosa durante el embarazo. La consecuencia de esto puede ser el aumento del grosor del miocardio,