La policía investiga la concepción de una mujer en coma que estaba ingresada en un hospital de Arizona. En vídeo, declaraciones que una testigo dio a la CBS en anonimato. AP
Llevaba casi diez años en estado vegetativo, tras haber estado a punto de morir ahogada. Recibía atención constante en la habitación de la clínica de Phoenix, en el Estado norteamericano de Arizona, donde transcurre su vida. Pero nadie pareció haberse dado cuenta de que estaba embarazada hasta que, el pasado 29 de diciembre, con ayuda de las enfermeras del centro, dio a luz a un niño, que se encuentra sano.
La policía ha abierto una investigación criminal para tratar de esclarecer las circunstancias que rodearon la concepción del niño, que necesariamente hubo de implicar una agresión sexual a una mujer vulnerable, incapaz de prestar consentimiento. También el Departamento de Sanidad de Arizona ha emprendido una inspección de las condiciones en que se encuentran los pacientes en el centro, que cuenta con 74 camas, propiedad de una empresa que se define en su página web como “proveedor líder de servicios de salud especializados para niños y jóvenes médicamente frágiles o enfermos crónicos, así como aquellos con discapacidades intelectuales y de desarrollo”.
“Por lo que me han dicho, [la paciente] estaba gimiendo y no sabían lo que le ocurría”, dijo una fuente no identificada a la cadena de televisión KPHO-TV, afiliada a la CBS, que dio la noticia el pasado jueves. “Nadie del personal estaba al corriente de que estaba embarazada hasta que prácticamente empezó a dar a luz”, aseguró la misma fuente.
Bill Timmons, consejero delegado desde hace 28 años de Hacienda HealthCare, la corporación que gestiona la clínica de las afueras de Phoenix, ha presentado su dimisión. “No aceptaremos nada más que una explicación completa de esta situación absolutamente horripilante, un caso sin precedentes que ha devastado a todos los implicados, desde la víctima y su familia hasta el personal de Hacienda HealthCare en cada uno de los niveles de nuestra organización”, ha dicho Gary Orman,