Los cigarrillos y sistemas electrónicos de suministro de nicotina con sabores (ENDS, por sus siglas en inglés) «son indudablemente dañinos, deben estar estrictamente regulados y, lo más importante, deben mantenerse fuera del alcance de los niños», afirma con contundencia la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un nuevo boletín informativo.
Ante la duda generada sobre cuál es la posición de la OMS, este miércoles ha publicado un resumen de la principales conclusiones sobre este tema tratado en la 146 Sesión de su Junta Ejecutiva, donde deja claro que su posición se basa en la «evidencia científica».
«Ha habido debates divisivos sobre si los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a los fumadores a dejar de fumar, pero su papel potencial como intervención para dejar el tabaco a nivel de la población sigue sin estar claro. Pero una cosa está clara: debemos guiarnos por la ciencia y la evidencia, no por las campañas de marketing de la industria del tabaco, la misma industria que se ha involucrado en décadas de mentiras y engaños para vender productos que han matado a cientos de millones de personas», advierten en el documento.
Asimismo, se muestran convencidos de que «estos productos están diseñados para atraer usuarios, han proliferado en muchos mercados de todo el mundo y, en algunos países, los niños los usan en grandes cantidades».
Son conscientes de que mucho se ha escrito y dicho sobre el potencial de los sistemas electrónicos de suministro de nicotina como los cigarrillos electrónicos para ayudar a los consumidores de tabaco a dejar de fumar. Si bien reconocen que «la evidencia aún no es concluyente», los cigarrillos electrónicos a menudo se usan junto con uno o más productos de tabaco lo que ya, de por sí, no es saludable.
«No hay datos suficientes para comprender la amplitud total de su impacto en la salud ya que los dispositivos no han estado en el mercado el tiempo suficiente»,