La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que los vaporizadores y los cigarrillos electrónicos «presentan riesgos claros para la salud y de ninguna manera son seguros», por lo que insta a los gobiernos a legislar sobre estos dispositivos para «interrumpir su promoción y su aceptación y prohibir que se realicen afirmaciones falsas o no comprobadas sobre ellos».

En este sentido, pide que se prohiba su uso en lugares públicos y de trabajo cerrados, «dados los riesgos para la salud que representan también para los no usuarios» y recomienda que se graven de manera similar a los productos del tabaco, al tiempo que rechaza que se puedan considerar un sistema que ayude a dejar de fumar porque «no hay pruebas suficientes que lo respalden.

En una guía que acaba de publicar respondiendo a preguntas sobre su seguridad, el riesgo de contraer enfermedades pulmonares, lo adictivos pueden llegar a ser, y qué deberían hacer las autoridades mundiales, la agencia de la ONU afirma categóricamente que «no hay duda de que son perjudiciales para la salud y no son seguros» y «no hay pruebas suficientes para respaldar el uso de estos productos para dejar de fumar».

El documento explica que existen muchos tipos diferentes de estos dispositivos, «también conocidos como Sistemas Electrónicos de Suministro de Nicotina, con cantidades variables y emisiones nocivas que de acuerdo con la OMS contienen otras sustancias tóxicas que son perjudiciales tanto para los usuarios como para las personas expuestas a los vapores de segunda mano».

«Se ha descubierto que algunos dispositivos que afirman estar libres de nicotina contienen nicotina», alerta la agencia de salud, que agrega que, a pesar de que ya se sabe que no son seguros, «es demasiado pronto para tener una respuesta clara sobre su impacto a largo plazo para usuarios o personas expuestas».

En cualquier caso, la OMS resalta que son «particularmente peligrosos» para los adolescentes ya que «la nicotina es altamente adictiva y los cerebros de los jóvenes se desarrollan hasta los veintitantos años. La exposición a la nicotina puede tener efectos nocivos duraderos», alerta.

Además, asegura que los jóvenes que usan vaporizadores tienen más probabilidades de consumir tabaco «y está claro que aumentan el riesgo de enfermedades cardiacas y trastornos pulmonares. Para las mujeres embarazadas -añade-, los suministros electrónicos de nicotina presentan riesgos significativos ya que pueden dañar al feto en crecimiento».

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