Cuando un niño obedece acata reglas, normas y órdenes pero, al mismo tiempo, está aprendiendo la importancia de colaborar, de ser responsable, de convivir de manera sana con su familia y su entorno, de integrarse en la sociedad y de realizar tareas productivas. Todos los niños pueden aprender a obedecer pero el camino para conseguirlo no es el de imponer o amenazar. Se trata, mas bien, de un trabajo de paciencia, razonamiento y refuerzo positivo para que entiendan la importancia de la cooperación y de vivir como seres sociales.

¿Cómo se puede fomentar la obediencia en los niños? Estos son algunos consejos que aportan los expertos en pedagogía para conseguirlo:

Empezar despacio. En cuestiones de obediencia, como en casi todo, conviene ir poco a poco para lograr los mejores resultados. Se trata de empezar pidiéndoles cosas sencillas, que les resulten fáciles de realizar y, además, que sean apetecibles para ellos. Si conseguimos engancharles desde el principio será más fácil ir aumentando el nivel de exigencia.

Instrucciones sencillas y claras. No atorarles pidiéndoles varias cosas a la vez. Es mejor que empiecen por una a dos tareas. Hay que tratar también de buscar el momento y el espacio ideal: pedirles las cosas de buen talante, acercándonos a ellos, con un tono relajado y aprovechando aquellos instantes en que no estén demasiado distraídos –

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