La modelo bilbaína Inés Sainz tiene cáncer de mama. Así lo contó ella misma a finales de septiembre a sus seguidores a través de sus redes sociales y de su canal de YouTube. Desde el principio la modelo trató de comunicarlo con humor, como es habitual en ella. Desde entonces ha ido contando paso a paso cómo ha vivido las revisiones, pruebas y tratamientos, cómo se ha librado de la quimioterapia y solo van a tener que darle radio. Sin embargo, estos días ha dado a conocer una cuestión que va más allá. Según relata, una empresa para la que trabajaba como imagen ha decidido prescindir de ella al conocer su enfermedad.

En concreto, se trata de una pequeña compañía familiar de Bilbao, cuyo nombre no ha querido revelar. «Efectivamente, el cliente no ha pagado», explica ella a sus 11.000 seguidores. «Le he estado dando muchas vueltas y mi madre me educó como señora, así que no diré la marca. Eso que ganan. Pero no quiero destruir la reputación de una familia que sé que tiene una hija y ellos no han tenido en consideración la mía, pero yo estoy en rollo paz y amor», dice en un vídeo de su perfil de Instagram

Según explica, la compañía le ha dejado a deber una factura de mil euros. En una entrevista con los informativos de Telecinco, ha explicado que esa firma, para la que trabajaba como imagen, no le dijo que ese era el motivo, pero que la echaron dos días después de comunicárselo. «Blanco y en botella», asegura ella.

En el pie de foto de su vídeo dice: «Un cliente tóxico menos». En todo momento quien fue Miss España en el año 1997, cuando tenía apenas 21 años, trata de mantener el buen humor que la caracteriza. «Ahora no puedo trabajar porque estoy de baja, pero sigo planificando mi futuro profesional con posibles clientes. Uno superinteresante me ha hecho sentir normal y capacitada para poder sacar adelante todo lo que tengo que sacar adelante y les importa un comino mi cáncer.

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