La metahemoglobinemia es un trastorno que se produce cuando la sangre contiene una elevada concentración de metahemoglobina, una variante de la hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos que transporta y distribuye el oxígeno a los tejidos. Existen mecanismos que se encargan de reducir la metahemoglobina que se produce espontáneamente para que exista un equilibrio entre su formación y su reducción. Cuando este equilibrio se rompe, se puede producir metahemoglobinemia, que como apuntan en Medline, provoca que “la hemoglobina pueda transportar el oxígeno, pero sea incapaz de liberarlo de manera efectiva a los tejidos corporales”. Esto puede dar lugar a hipoxia, la deficiencia de oxígeno en la sangre.

En general, este trastorno tiene buen pronóstico, pero especialmente en casos agudos, adquiridos, hay que actuar con rapidez para que no se produzcan complicaciones que, en raros casos, pueden causar incluso la muerte.

Qué tipos de metahemoglobinemia hay y por qué se producen

La metahemoglobinemia puede ser congénita (nacemos con ella) o adquirida, que es mucho más común.

•La congénita se debe a un defecto hereditario en los genes que afecta a la enzima reductasa, la encargada de reducir la cantidad de metahemoglobina en sangre. A su vez puede ser de dos tipos. Tipo 1, cuando los glóbulos rojos carecen de enzima reductasa.

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