Desde 2015 la vacuna contra la meningitis tipo B se puede adquirir de forma libre en las farmacias a un precio de 106.15 euros por dosis, lo que conlleva un gasto económico muy elevado para muchas familias para inmunizar a los menores de una enfermedad con baja incidencia en España, pero potencialmente mortal, sobre todo en menores de cinco años. El coste total por hijo puede superar los 300 euros. Por todo esto, muchas voces llevan solicitando desde hace años su inclusión en el calendario vacunal y su consiguiente financiación. En los últimos días, dos Comunidades Autónomas, Canarias y Castilla y León, han dado un paso hacia delante y la incluirán, basando su decisión en “la gravedad de esta enfermedad junto a las secuelas a las que puede dar lugar”.
Uno de los argumentos desde el Ministerio de Sanidad y en el que incidió la ministra María Luisa Carcedo es que la “postura de Canarias es una decisión política y no de impacto epidemiológico”. Y es cierto. Esta enfermedad tiene muy baja incidencia en España. Exactamente, los últimos datos publicados por el Centro Nacional de Epidemiología del pasado mes de mayo indican que de los 270 casos confirmados de meningitis, 139 fueron de serogrupo B, lo que representa una incidencia de 0,30 casos por cada 100.000 habitantes. El Ministerio asegura que hay esperar a la Comisión de Salud Pública que se celebrará el próximo 14 de marzo. “Acudirán todas las comunidades autónomas incluidas las que han tomado la decisión de incluir dichas vacunas. El Ministerio toma la decisión modificar o no el calendario vacunal, según informes elaborados por técnicos especializados y de ahí, de sus conclusiones, se toman las decisiones”, explican desde Sanidad.
A pesar de estos datos, los pediatras, que han anunciado su conformidad con dichas comunidades, insisten en que lo importante es la peligrosidad de las meningitis. “Es cierto que los casos son pocos. Pero las infecciones meningocócicas son de las más letales en la infancia y la adolescencia y las que provocan más secuelas.