Es evidente que buscar curas requiere investigación; pero investigar es muy caro y una empresa farmacéutica no gastará millones si sabe que, aunque tenga éxito, no recuperará su inversión. Ante esto, si el mayor número posible de países aportara fondos a un laboratorio internacional, creado con el único fin de investigar estas enfermedades, seguro que en pocos años muchas de ellas dejarían de ser un problema. ¿No están muchos países abordando en conjunto los problemas del cambio climático? Pues lo mismo se podría hacer en este campo.

Joaquín Gómez Cano. Villaviciosa de Odón (Madrid)

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