Entre las transformaciones más significativas en Andalucía de estos últimos 40 años destaca sin duda la incorporación de la mujer al mercado laboral, con una tasa de actividad que ha aumentado en 30 puntos, aunque sigue siendo inferior al índice de ocupación masculino. “Se mantiene el diferencial entre la tasa de paro de mujeres y hombres”, indican desde Analistas Económicos, “si bien en los últimos años se ha reducido, tras superar los 15 puntos en la segunda mitad de los 90”. La pujanza del protagonismo de la mujer se percibe en su acceso a la Universidad. Si a mediados de los 80 no representaban ni la mitad del alumnado, en el curso 2017-2018 suponían el 55,1%, a la par que la media española.

Andalucía tiene unos 8,4 millones de habitantes, un 18% de la población española, un porcentaje que no ha variado en estas cuatro décadas. La comunidad crece al ritmo de España, si bien sí que se han producido cambios significativos en cuanto a la estructura de la población. “La comunidad extranjera tiene mayor presencia que en los años 80, aunque representa un menor porcentaje de la población total que en el conjunto del país y el saldo migratorio ha pasado en estos años de ser negativo (con más población que emigraba) a positivo (más población inmigrante que emigrante”, afirman desde Analistas Económicos.

Los andaluces viven más años de media, lo que ha supuesto un notable envejecimiento de la población —el número de mayores de 65 años es similar al de menores de 16, mientras que hasta 1988 representaban menos del 40% de la población más joven—, mientras que la tasa de natalidad se ha reducido notablemente, pasando de casi tres hijos en 1980 a 1,4 en 2017. Las mujeres también esperan mucho más a la hora de decidir ser madres, pasando de los 28,4 años de hace cuatro décadas a los 31,6. “Todo ello tiene importantes repercusiones en el mercado laboral y, en general, en el sistema económico, al margen de sus implicaciones para el estado del bienestar, como el sistema de pensiones,

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