Miembros del Ministerio de Sanidad y de la Protección Civil, junto a voluntarios de la Cruz Roja y de la Orden de Malta, entre otras asociaciones, realizan controles de la temperatura corporal de los pasajeros que llegan a los aeropuertos italianos con vuelos provenientes del extranjero. Esta medida preventiva para hacer frente al coronavirus también se extiende a los viajeros de algunos vuelos nacionales, como los que parten del aeródromo romano de Fiumicino y se dirigen a otras escalas dentro del país.

Los controles, que se llevan a cabo por medio de termómetros a infrarrojos y de escáneres de temperatura, afectan a todos los pasajeros cuyos vuelos partieron de otras naciones, sin importar si éstas pertenecen o no al área Schengen. Hasta el momento no ha sido hallado ningún posible caso de coronavirus con estos exámenes.

El protocolo de seguridad puesto en marcha por el Ministerio de Sanidad fija como temperatura de alarma los 37,5 grados centígrados. El pasajero que presenta un registro superior a esa cifra es sometido a un examen clínico y epidemiológico en el que se trata de averiguar si ha tenido algún contacto con el foco de la epidemia del coronavirus, situado en la ciudad china de Wuhan, o si se ha relacionado con personas que se hayan infectado.

Protocolo de emergencia

De momento sólo han sido encontradas algunos viajeros con temperaturas superiores a los 37,5 grados centígrados, pero sus dolencias no tenían nada que ver con el coronavirus. En caso de que las autoridades se toparan con un caso sospechoso, se activaría un protocolo de emergencia que contempla el aislamiento del paciente y su inmediato traslado a un centro médico especializado en enfermedades infecciosas.

Gráfico: las claves para entender el avance del Coronavirus

El control de la temperatura en los aeropuertos se produce después de que Italia cancelara todos los vuelos que la conectaban con China para evitar el contagio del coronavirus.

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