Italia está oficialmente desde este domingo inmersa en la fase de contención del temido coronavirus de Wuhan, con un objetivo prioritario: blindar los principales focos de contagio, que en el país han denominado “zonas rojas”, es decir, los lugares de Lombardía y de Véneto en los que se ha detectado el mayor número de casos. Las recomendaciones de no entrar ni salir de los distritos afectados —11 localidades, con 50.000 habitantes en total— han pasado a considerarse obligaciones. La medida principal consiste en desplegar un cordón sanitario en torno a los epicentros del virus para evitar la propagación del patógeno. Es una disposición fundamental para aislar la enfermedad, sobre todo, teniendo en cuenta que las autoridades sanitarias desconocen el origen de las transmisiones y todavía no han identificado al paciente cero.

El sábado por la noche el Gobierno central tomó las riendas de la situación y, después de un consejo de ministros extraordinario, emitió un decreto ley con medidas excepcionales para aislar las comarcas afectadas. Hasta ese momento, las autoridades locales habían puesto en marcha los días anteriores diferentes ordenanzas más o menos firmes para regular el aislamiento, siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad. Aunque las vías de acceso y salida a las 11 localidades en las que viven o por las que han transitado los contagiados no estaban oficialmente cerradas y se podía entrar y salir con normalidad. La policía se limitaba a vigilar los accesos e informar de la situación. A última hora de la tarde de este domingo se hizo vigente el decreto ley y todas las entradas y salidas quedaron oficialmente prohibidas. Se espera que lo estén durante al menos 14 días. 500 agentes de los cuerpos de seguridad del Estado desplegados en 43 puntos de control velarán por que se cumpla el blindaje de los epicentros del coronavirus. Quien se salte la prohibición se enfrentará a penas de tres meses de prisión y 200 euros de multa.

La suspensión de la libre circulación de personas, como explicó el primer ministro Giuseppe Conte, está encaminada a evitar que la gente se disperse,

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