Una foto de Iker Casillas en Instagram frente al mar contemplando un atardecer con el mensaje «Puedo con ello. Podemos con ello», encendió todas las alarmas. Cuando se cumplen 100 días del tsunami que puso en peligro su vida y poco después amenazó la de Sara Carbonero, la pareja vive con altibajos físicos y emocionales. El matrimonio no habla en público de su estado, pero se comunica con sus seguidores por las redes sociales.

Casillas se fotografía cuando pasa controles médicos y responde a los colegas de profesión cuando le mandan mensajes de ánimo. Carbonero, tras contar que sufría un cáncer, optó por el silencio hasta que el jueves habló también en Instagram: «Este verano está siendo un poco diferente. Las semanas transcurren entre médicos, pruebas, incertidumbres, maletas, mucha improvisación de última hora, ratos de alivio pero sobre todo están llenas de momentos muy intensos que estoy saboreando como nunca». Y añadió: «De repente las cosas más cotidianas y banales del mundo han dejado de serlo para convertirse en instantes únicos y mágicos, muchos problemas se han ido de golpe. Siento a mi gente más cerca que nunca y me estoy riendo, creo que como jamás antes lo había hecho. Porque la vida es así, un cambio constante, un regalo precioso pero envenenado».

Sara Carbonero libra una batalla contra la enfermedad que la obliga a seguir un tratamiento y a visitar regularmente el hospital Ruber Internacional de Madrid, donde la operaron a finales de mayo. Los pronósticos son buenos pero todavía le queda camino por recorrer. La periodista siempre ha sido muy celosa de su intimidad, mucho más que Casillas. Buscando la discreción la pareja apostó por seguir viviendo en Portugal. Allí se encuentran muy cómodos y a solo 50 minutos en avión de Madrid.

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Este verano está siendo un poco diferente. Las semanas transcurren entre médicos, pruebas, incertidumbres, maletas, mucha improvisación de última hora, ratos de alivio pero sobre todo están llenas de momentos muy intensos que estoy saboreando como nunca.

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