La enfermedad del hígado graso, más conocida como esteatosis hepática, es un problema muy común, que afecta a prácticamente un cuarto de todos los adultos en el mundo. A menudo cursa sin síntomas y pasa desapercibida, pero en ciertos pacientes puede evolucionar hasta causar problemas como cirrosis, fibrosis o cáncer de hígado.

Hígado graso y alcohol

Por eso, y aunque en el momento de recibir el diagnóstico no se experimente ninguna molestia, es conveniente que las personas que padecen esta patología adopten algunos cambios en su estilo de vida que reducen el riesgo de las complicaciones más graves.

En primer lugar, como explica la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, es importante entender que la esteatosis hepática es una condición en la cual se produce una acumulación de grasa en los tejidos del hígado. Existen dos tipos en función de su principal causa: la alcohólica y la no alcohólica.

Sea como sea, va a resultar conveniente minimizar o evitar cualquier consumo de alcohol, especialmente si normalmente es elevado (en estos casos, es probable que sea la causa de la esteatosis). Esto es porque el proceso de descomposición del alcohol en el hígado genera sustancias dañinas que perjudican los tejidos hepáticos.

Una dieta adecuada

Cuando la causa del hígado graso no es alcohólica,

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