A partir de hoy, los franceses solo podrán adquirir mascarillas de protección con receta médica, una nueva medida puesta en marcha por el gobierno francés para evitar el desabastecimiento de un material de protección innecesario en personas sanas. El Ejecutivo también va a controlar los precios de los geles desinfectantes por ley, después de que algunos comercios intentaran hacer negocio con el miedo al coronavirus y llegaran a triplicar el costo de estos productos.
El ministro de Economía, Bruno Le Maire, ha asegurado que hoy se aprobará «un decreto de regulación de los geles hidroalcohólicos», ya que hay actualmente «una falta de disponibilidad de estos productos». Geles casi imposibles de encontrar estos días en las farmacias a pesar de no ser imprescindibles, ya que es posible «lavarse las manos con jabón y es igual de eficaz», ha explicado el ministro en una entrevista televisiva, donde ha reconocido que se han detectado «casos aislados» donde se estaban cobrando precios «desorbitados».
Con respecto a las mascarillas, el Gobierno ha sido igual de firme. Ayer se publicó otro decreto para requisar todos los stocks de mascarillas para dar prioridad a los profesionales de salud y a los pacientes que sufren el COVID-19 u otras enfermedades con las que las necesiten. El decreto, publicado ya en el Diario Oficial, requisa hasta el 31 de mayo todas las existencias de máscaras FFP2 en posesión de «toda persona moral de derecho público o de derecho privado» y todas las mascarillas quirúrgicas que tengan las empresas que de dedican a su fabricación y distribución.
A partir de hoy, por tanto, ya no es posible comprarlas en las farmacias salvo con receta médica. «Hemos dado instrucciones a los colegios de farmacia para que no distribuyan mascarillas salvo por prescripción médica o a los profesionales de salud», ha confirmado el portavoz del gobierno, Sibeth Ndiaye en una entrevista en «France Inter».
En la última semana,