Uno de los problemas a la hora de detectar una enfermedad renal es que los síntomas no aparecen en las primeras fases, sino una vez que la afección se encuentra en un estado avanzado y no se puede controlar. Por esta razón es fundamental la prevención mediante el cuidado de los riñones, así como el control de problemas de salud que puedan provocar daño renal, como la diabetes o la hipertensión.
En este sentido, la alimentación es un factor clave que contribuye a la salud de estos órganos vitales para el organismo, ya que se encargan de eliminar todos los desechos y toxinas del cuerpo.
Como explican en el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos (NIDDK, por sus siglas en inglés) seguir una dieta equilibrada y saludable que reduzca el consumo de sal y azúcar es el primer paso para proteger la salud de los riñones. Así, hay que escoger alimentos como frutas o verduras frescas, granos enteros y derivados lácteos que sean semidesnatados o desnatados.
Por otro lado, la hidratación es esencial para la depuración del organismo, por lo que se aconseja beber, al menos, dos litros diarios de agua. Asimismo, hay que moderar la ingesta de bebidas gaseosas y alcohólicas,