La búsqueda de la felicidad es algo tan íntimamente humano que incluso la hemos incluido en documentos como la Declaración de Independencia de los Estados Unidos (que, por cierto, cumple este jueves 248 años) o la Declaración de derechos del Hombre y el Ciudadano.
A pesar de ello, muchas veces nos resulta esquiva: según el científico social estadounidense Arthur C. Brooks, quizás la cuestión radique en que debemos entender la felicidad como una dirección y no una meta. Lo que tendríamos que buscar es vivir una vida más feliz y no en alcanzar un estado que es inevitablemente impermanente.
El ‘engaño’ de la felicidad
Como explican Brooks y la presentadora Oprah Winfrey en su libro Build the life you want (Portfolio, 2023), a un nivel más puramente científico, la felicidad no es tanto un sentimiento como más bien un estado que surge de la combinación de distintos factores, y que se reconoce por la aparición predominante de emociones placenteras como satisfacción o bienestar.
Estas emociones, como todo lo demás que sucede en nuestra mente, están en última instancia mediadas por procesos químicos que se dan en el cerebro y que son cambiantes, entre otras cosas respondiendo a los diferentes estímulos externos que recibimos. Por ello,