12 años ha durado el impacto, medido por el número de fumadores, de la ley antitabaco de 2005 y el posterior endurecimiento de 2010. La proporción de adultos (de 15 a 64 años) que afirman que consumen tabaco a diario es del 34%, según la encuesta de consumo de drogas EDADES que elabora bienalmente el Ministerio de Sanidad y que han presentado esta mañana la titular del departamento, María Luisa Carcedo, y la delegada del Gobierno para en Plan Nacional sobre Drogas, Azucena Martí.  En 2005, justo antes de que entrara en vigor la primera de las normas (la que prohibió fumar en los lugares de trabajo aunque permitió que se hiciera en los locales de ocio) la tasa era del 32,8%. 

En verdad, de acuerdo con los datos de las sucesivas encuestas, cuya solidez han defendido tanto Carcedo como Martí, el impacto en cuanto a proporción de fumadores se concentró en el primer año, cuando bajó al 29,6%. En 2015, cuando se hizo el anterior trabajo de recogida de datos, era del 30,8%.

Ni la ministra ni la delegada del Plan han ofrecido una explicación para este hecho. Carcedo se ha limitado a indicar que hay que extemar el cumplimiento de la ley actual, que prohíbe el consumo de tabaco en todos los espacios públicos cerrados, pero ha remitido al Consejo de Ministros europeo a la hora de plantear nuevas restricciones, sin descartar o afirmar que se esté planteando vetar que se fume en coches o en los hogares cuando haya menores presentes, algo que ella ha dicho que ve complicado ya que se trata de espacios privados. 

Carcedo sí que ha destacado que si la subida en dos años es, en general, de algo más de tres puntos, entre los jóvenes es de cinco, y ha anunciado una campaña específica dirigida a menores y jóvenes para que no empiecen a fumar.

Francisco Rodríguez Lozano, presidente de la Red Europea para la Prevención del Tabaquismo (ENSP por sus siglas en inglés), opina que la incorporación de la mujer al hábito de fumar puede tener que ver con estos datos,

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