M20M

  • La comunidad científica lleva tiempo tratando de encontrar una respuesta a esa pregunta.
  • El alzhéimer es el tipo de demencia más frecuente y su incidencia va en aumento.
  • Médicos españoles participan en un estudio internacional en busca de la primera terapia preventiva.

Alzhéimer

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado la demencia como una prioridad de salud pública. Y no es para menos, dado que en el mundo hay unos 50 millones de afectados por esta enfermedad neurodegenerativa y las cifras no paran de crecer. Para el año 2030 se prevé que haya 82 millones de afectados y en 2050 casi el doble, unos 152 millones. Y si hablamos de demencia tenemos que hablar de alzhéimer, dado que representa un 60-70% de los casos.

La Sociedad Española de Neurología (SEN) calcula que en nuestro país hay en torno a 800.000 afectados y cada año se detectan 40.000 nuevos casos, lo que lo convierte en un problema de primera magnitud dado que actualmente no tiene cura y las opciones de diagnosticarlo y tratarlo precozmente son limitadas.

Lo son por ahora. Porque actualmente el Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid participan en un programa pionero de investigación internacional en busca de un fármaco que pueda frenar la formación de placas de beta-amiloide en el cerebro que es una de las posibles causas de la enfermedad de Alzheimer.

«En la actualidad los tratamientos contra el alzhéimer no son todo lo efectivos que desearíamos porque comenzamos a aplicarlos tarde, cuando la enfermedad empieza a mostrar síntomas y ya hay depósitos de la proteína beta-amiloide en el cerebro», reconoce el Doctor Rafael Arroyo, jefe del Departamento de Neurología de ambos hospitales madrileños, que ya han reclutado más de 400 participantes para este ensayo clínico denominado Generation, en el que participan más de 190 centros de todo el mundo.

El alzhéimer puede afectar a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje o el lenguaje. Y el objetivo del estudio es identificar a personas cognitivamente sanas pero con un perfil genético que les hace susceptibles de desarrollar la enfermedad. Para ello, mediante una simple muestra de saliva buscan detectar si portan una variedad del gen de la apolipoproteína E4 (APOE4) ya que,

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