Cualquier persona que haya compartido parte de su vida con un perro o un gato sabe que el momento de la despedida final a un animal es uno de los más traumáticos y dolorosos a los que un ser humano se puede enfrentar. Si además, este adiós conlleva consigo tomar la decisión de practicarle la eutanasia surgen también momentos de indecisión, culpabilidad y sufrimiento extras.

El término eutanasia procede del griego y significa literalmente ‘buena muerte’. Su finalidad, por tanto, es la de evitar sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de la vida a un perro o un gato enfermos. Se trata, por supuesto, de una decisión crucial para el cuidador o cuidadores que debe venir marcada por un diagnóstico veterinario previo y por la recomendación de éste de llevarla a cabo cuando, ya sea por vejez del animal o por enfermedad, se vea reducida de forma notable su calidad su vida, no haya posibilidades de recuperación y/o esté sufriendo mucho.

Así pues, cuando un especialista veterinario recomienda la eutanasia, aunque sabe que va a ser durísimo afrontarlo para el dueño de la mascota, es porque tiene claro que es lo mejor para el animal porque el perro o el gato ha llegado a un proceso irreversible en el que cada vez sufrirá de una forma más intensa.

 » Leer más