Los accidentes cerebrovasculares, popularmente llamados ictus, son un problema muy grave para la salud que puede tener serias consecuencias a largo plazo e incluso resultar mortal. Uno de los desenlaces más severos, en este sentido, es lo que se conoce como demencia vascular.

¿Qué es y por qué se produce?

A nivel técnico, la demencia vascular es un término general usado para describir problemas con diversos aspectos de la función cognitiva (como el razonamiento, la planificación, el juicio, la memoria u otros) como resultado de un daño cerebral por la disminución del flujo sanguíneo en el cerebro, tal y como define la prestigiosa Clínica Mayo estadounidense.

Es importante destacar que no necesariamente un accidente cerebrovascular tiene por qué producir demencia vascular: la afectación a la función cognitiva, así como su grado y naturaleza, dependen en buena media de la gravedad y la localización del problema.

Por otro lado, existen algunas otras patologías de carácter cardiovascular, que dañan los vasos sanguíneos o disminuyen la circulación, que pueden provocar demencia vascular. En un sentido amplio, no obstante, podemos decir que los factores que predisponen a sufrir demencia vascular son los típicos de las enfermedades cardiovasculares.

¿Cuáles son sus signos o síntomas?

Los síntomas de la demencia vascular pueden asemejarse a los de procesos neurodegenerativos tales como la enfermedad de alzhéimer.

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