Existe una creciente cantidad de información contradictoria en torno al vapeo, lo que puede generar confusión entre los consumidores. Con el objetivo de aclarar algunas confusiones, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) subraya los mitos y realidades del vapeo.

Mito 1: Vapear es tan perjudicial como fumar

Realidad: Expertos británicos concluyen que «a corto y mediano plazo, vapear representa una pequeña fracción de los riesgos de fumar». Los cigarrillos liberan sustancias químicas tóxicas y cancerígenas, muchas de las cuales no están presentes en el aerosol del vapeador. Aquellos que cambian completamente al vapeo experimentan una exposición significativamente menor a toxinas asociadas con riesgos de cáncer, enfermedades pulmonares y cardiovasculares.

Mito 2: El vapeo no ayuda a dejar de fumar

Realidad: Contrario a este mito, los vapeadores de nicotina son considerados como una posible ayuda para dejar de fumar. Según el NHS británico son más efectivos que otras terapias de reemplazo de nicotina, como parches o chicles. Aquellos que cuentan con el apoyo de servicios especializados tienen tasas de éxito notables en abandonar el hábito.

Mito 3: Pasarse al vapeo es cambiar una adicción nociva por otra

Realidad: Aunque ambos contienen la misma sustancia adictiva, vapear nicotina es mucho menos dañino que fumar. La entrega de nicotina a través del vapeo expone a los usuarios a menos toxinas y en niveles más bajos que el humo del cigarrillo.

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