En un mundo en el que pasamos gran parte de nuestras horas de vigilia en el lugar de trabajo y en el que gastamos un tiempo cada vez mayor en transportarnos hasta allí, es común acabar reduciendo el tiempo que dedicamos al descanso o a tareas como cocinar, lo que puede acabar teniendo un impacto grave en nuestra salud.

Por ello, se hace primordial prestar atención a nuestro bienestar siendo metódicos al afrontar estos quehaceres. En esta línea, la Universidad de Harvard ofrece algunas claves sobre cómo asegurarnos de que nuestra comida es saludable, incluso cuando la preparamos rápidamente para llevarla al trabajo.

Cuestión de proporciones

Lo principal en este sentido, explican, es cuidar las proporciones de los ingredientes que conforman la comida. De acuerdo con este principio, recomiendan por ejemplo que la mitad del plato esté constituida por frutas y verduras, lo más variadas posible (recordando, explícitamente, que las patatas no cuentan como tal).

De manera similar, los expertos afirman que la otra mitad debería estar conformada por un cuarto de granos integrales (trigo integral, cebada, granos de trigo, quinoa, avena, arroz integral) y otro de proteínas (pescado, pollo, legumbres, nueces…).

Otro punto que mencionan es la pertinencia de limitar el consumo de carnes rojas (ya que existe abundante evidencia científica que apunta a que podrían ser cancerígenas) y de evitar completamente el de carnes procesadas (tocino,

 » Leer más