Los españoles parecen cada vez más convencidos de que los microinjertos capilares (trasplante del pelo de la nuca a la zona frontal) dan buenos resultados y que lo de seguir calvos ya no es una condena sin remedio. Estas intervenciones, minoritarias hace poco, “se han multiplicado por tres en tres años” afirma la doctora Lourdes Moreno Carbonell, directora médica de Neo Injerto Capilar, con centros, en Zaragoza y Madrid. “Cuando abrimos la clínica, en el 2005 hacíamos 35 trasplantes al año, ahora 250”, dice. ¿Un caso excepcional? No. Más bien es la tónica dominante. En la Clínica Tufet, en Barcelona, su fundador, Jaime Tufet, vocal de la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) cuenta que “hacíamos dos trasplantes a la semana hace ocho años, y ahora dos diarios”. El interés por los microinjertos es tal que en Svenson, una empresa española, con 38 centros en España, acudieron a informarse el año pasado 30.000 personas. “Hemos doblado el número intervenciones en cuatro años”, apunta Emma Iglesias, directora médica de la empresa, presente también en Alemania, Suiza y Portugal.

Estamos ante un fenómeno de masas, imposible de vaticinar hace 10 años y que se ha disparado gracias a la mayor facilidad y comodidad de las intervenciones, sus buenos resultados, un boca a boca creciente, la fuerte bajada de los precios y la creciente competencia entre clínicas. “Cuando empecé hace 10 años había unas 10 empresas, ahora son más de 40”, explica Javier Pedraz, director médico de Insparya, la clínica en la que participa Cristiano Ronaldo que ha abierto sus puertas recientemente. Así que, aun cuando Estambul sea la meca mundial de los injertos capilares (con 400 centros), Madrid es la capital del sector en Europa. “Somos el segundo mercado del mundo en alopecia, con un 62% de hombres que la sufren” asegura Pedraz.

La primera razón de este boom es que el coste se ha abaratado mucho. Un grupo de nuevas clínicas, algunas low cost, muchas inauguradas entre el 2018 y 2019, están ofreciendo precios similares a los de Turquía.

 » Más información en elpais.es