Un grupo de psicólogos y psiquiatras ha lanzado una guía para ayudar a los profesionales sanitarios a gestionar el estrés causado por la pandemia del coronavirus y se ofrecen a acompañarlos y asesorarlos de forma online.
El equipo está encabezado por el doctor José Antonio Barbado, director del centro privado Mimapa, ubicado en Ourense.
¿Cuáles son los principales problemas que puede presentar el personal sanitario a nivel psicológico? Cuando ocurrió la epidemia del SARS, en Canadá 15.000 personas aceptaron un confinamiento voluntario de más de 15 día y las consecuencias fueron un 28% de casos de estrés postraumático y un 30% de depresiones. Estas estadísticas se van a dar entre la población general pero también entre el personal sanitario.
¿Qué les pueden recomendar? Yo destacaría la necesidad de apoyo entre ellos, de encontrar espacios para hablar y desahogarse, y la necesidad de cuidarse, porque el agotamiento psicofísico es la clave del sufrimiento emocional que pueda venir después. A muchos les resulta muy complicado pero deberían intentar dormir, desconectar, estar con la familia, hacer alguna actividad que descar- gue ansiedad, mantener ciertos hábitos… Y creo que deberían recurrir a ayuda psicológica, ahora pero sobre todo cuando descienda el pico de contagios.
¿Será entonces cuando les dé el mayor bajón? Sí. Cuando comiencen a relajarse es cuando puede salir a flote todo el sufrimiento psicológico. Pasado todo esto se deberían formar grupos de acompañamiento, de asesoramiento, de despistaje del trauma. Habrá situaciones concretas que requieran terapia individual pero el trabajo en grupo puede ser muy útil.
¿Son profesionales acostumbrados a momentos complicados y a lidiar con la muerte pero no a estos niveles? No, no están preparados para algo así. Uno de los elementos del trauma es la sorpresa y esto nos ha pillado desprevenidos. También la incertidumbre. No saben cuánto tiempo tendrán que seguir a ese ritmo. Y a todo ello se suma el temor al contagio.
Están además teniendo que comunicar la muerte de un ser querido en completa soledad a muchas familias. Muchos siempre han intentado evitar esas situaciones y ahora tienen que enfrentarlas diariamente. Además tienen que comunicarlo en unas circunstancias en las que esa persona ha muerto sola y de momento no se la va a poder despedir. Ese está siendo uno de los grandes dramas. Como sociedad tenemos rituales y no poder enterrar a nuestros seres queridos va a complicar el duelo.