El sistema inmune humano es tremendamente complejo, sofisticado y eficaz. En cierto modo, podríamos compararlo con una máquina de Rube Goldberg, un ingenio que realiza una tarea en principio sencilla de una manera desproporcionadamente complicada. Eso hace que sea capaz de mantener a raya muchas amenazas diferentes, pero también implica que cuando no funciona correctamente puede dañar casi cualquier parte del organismo con diversos grados de gravedad y que la solución a estos fallos puede ser difícil de hallar.

Interrumpir la máquina de Rube Goldberg

La esclerosis múltiple es un ejemplo muy significativo de enfermedad autoinmune: es decir, es una condición en la que el sistema inmune ataca a tejidos del propio organismo, concretamente en este caso a neuronas. Al ser el propio cuerpo el que se ‘ataca a sí mismo’, tratarla es todo un desafío.

Ahora, un trabajo publicado en el medio especializado Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) propone una solución que aprovecha esa similitud del sistema inmunológico con una máquina de Rube Goldberg.

Y es que, tal y como explican los autores, en todas las condiciones en las que una condición autoinmune afecta al sistema nervioso central, existe una serie de pasos que las células tienen que cumplir para poder ingresar al mismo. Concretamente, la preocupación en este caso estaba en encontrar de qué forma las células inmunes logran atravesar las meninges,

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