La muerte del político socialista Alfredo Pérez Rubalcaba a consecuencia de un ictus, acontecida hace hoy una semana, ha sido la excusa perfecta para que una cadena de mensajes de WhatsApp se haya expandido a través de los teléfonos móviles de los españoles. Quizá te suene el mensaje. «El ictus ofrece una nueva señal, ya son cuatro», comienza el texto antes de prometer que puedes salvar una vida si lo reenvías a diez personas. Palabra de médico, dice. Pero cuidado, la nueva señal, que no es otra que tener la lengua torcida, ni es nueva ni es la que te hará salvar una vida. En vez de eso, lo más probable es que te distraiga de los síntomas que sí debes tener en cuenta a la hora de identificar el episodio.

La idea de que una lengua torcida es una señal de ictus no es falsa, pero tampoco exacta -como corresponde al tipo de mensaje que vuela en las cadenas de WhatsApp-. Es cierto que algunos ictus producen una desviación del músculo, pero son casos infrecuentes: «Se da solo en los casos que afectan a una localización del cerebro especial, el tronco del encéfalo», explica la coordinadora del grupo de estudio de Enfermedades cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN), María Alonso de Leciñana.

El motivo es que los síntomas del ictus dependen de qué parte del cerebro se ve afectada por el infarto cerebral, puesto que el movimiento del cuerpo tiene una representación concreta en el órgano. De ahí que «puede pasar que la lengua se tuerza, es verdad, pero también que se caiga el velo del paladar, y no vamos a pedir a la gente que mire si el velo del paladar se mueve», opina la experta.

Es más, según la neuróloga, no es buena idea detenerse en este músculo situado en la cavidad oral porque «intentar buscar precisamente ese síntoma puede desviar la atención de otros que son mucho más frecuentes y fáciles de detectar», asegura. El propio texto hace referencia a los tres signos del ictus que deben tenerse en cuenta,

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