El hospital central de la Defensa Gómez Ulla, situado en el madrileño barrio de Carabanchel, es el lugar elegido por el Gobierno para el confinamiento de la veintena de españoles que llegará este viernes procedentes de Wuhan, la ciudad china convertida en el epicentro del coronavirus 2019-nCoV. «Todo está a punto para la repatriación», señaló el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que recalcó que todas las personas que se suban a bordo están asintomáticas. Las autoridades chinas realizaron un control a todos los extranjeros que quisieron abandonar Wuhan antes de dejarles partir para asegurarse de que no estaban enfermas.
El Gómez Ulla combina ser el hospital de referencia para la población civil de los distritos madrileños de Latina y Carabanchel -gracias a un convenio firmado con la Comunidad de Madrid hace más de una década- con su desempeño para tratar a los soldados enfermos, labor que lleva haciendo desde 1896. Además, es uno de los ocho hospitales de referencia para tratar enfermedades infecciosas y tiene una unidad de aislamiento, como las usadas hace cinco años y medio en el hospital Carlos III con los enfermos de ébola. Situada en la planta 22, esta unidad de aislamiento no será el ‘hogar’ durante la cuarentena de catorce días que deben pasar. Es el tiempo determinado de forma excepcional por la Unión Europea y que coincide con el periodo máximo de incubación del virus.
«Podrían estar en una casa rural en medio del monte», apuntó el director del Centro de Emergencias y Alertas de Sanidad, Fernando Simón. Se instalarán en otra planta -posiblemente la 17- y dispondrán de todas las comodidades posibles, según el ministro. Habrá una zona de juego, ya que entre los repatriados hay al menos un menor. Todos ellos podrán recibir la visita de sus familias, siguiendo las medidas de seguridad pertinentes. En el caso de que alguno de los confinados caiga enfermo,