La depresión es un problema de salud descomunal y desde hace muchos años los médicos que la tratan no contaban con fármacos nuevos para combatirla. Hasta el pasado mes de marzo. Entonces, se aprobó en EE UU la esketamina, que la farmacéutica Janssen venderá con el nombre de Spravato. “Va a cambiar el paradigma del tratamiento de la depresión, es muy distinto a lo que tenemos ahora”, afirma Víctor Pérez Sola, director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar, en Barcelona. Hasta ahora, “cuando dabas un fármaco, tenías que esperar seis u ocho semanas para saber si iba a mejorar, y estamos hablando de pacientes que tienen un gran riesgo de suicidio”, añade. Con la esketamina, a las tres horas de tomarlo están mucho mejor, y aunque no es una solución perfecta, esto para un psiquiatra que tiene que esperar mucho para ver esos efectos es muy importante”, continúa.

El nuevo producto, que se administra a través de un inhalador, se venderá en EE UU por un precio de entre 590 y 885 dólares por sesión, algo que llevaría el coste del tratamiento del primer mes por encima de los 4.700 dólares. Como explica Pérez Sola, “la esketamina es igual que la ketamina, es un isómero. La ketamina es muy barata, cuesta medio euro la ampolla, pero no ofrecía la posibilidad de tener una patente y rentabilizar las grandes inversiones que requieren los ensayos clínicos para llevar un nuevo fármaco al mercado”, concluye. Nosotros utilizamos ya ketamina en pacientes que no responden a otros tratamientos y están muy mal, que tienen grave riesgo de suicidio. Antes de darles electroshock les ofrecemos la ketamina”, explica. En EE UU, una estimación publicada por STAT calculaba que el precio de la esketamina debería descender un 25% para que el fármaco fuese coste efectivo.

El nuevo fármaco es muy similar a la ketamina, pero la posibilidad de patentarlo hace que se quiera invertir en probar su eficacia

El responsable del desarrollo de Spravato es Husseini Manji,

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