El final de la cuarentena está más cerca que ayer, pero la realidad que se encuentre el ciudadano cuando salga a la calle será diferente. Una «nueva realidad» a la hora de relacionarse con los demás, según reflexiona Rebeca Cordero, profesora en Sociología Aplicada de la Universidad Europea. «Es necesario mandar mensajes de cómo relacionarnos», incide.
-¿Va a cambiar tanto la vida de la sociedad cuando salga de la cuarentena?
-Las expectativas de qué pasará cuando salgamos, la necesidad de volver a nuestra rutina, son una de las cosas que nos lleva a mantener cierta estabilidad en la cuarentena. Pero nos vamos a encontrar una realidad muy diferente, sobre todo en una sociedad como la española, muy marcada por el activismo social. Tenemos que aprender que nos va a incomodar la realidad porque vamos a tener que usar unas medidas de higiene social a las que no estamos acostumbrados como guantes, mascarillas, lavado de manos, hidrogeles… Puede ser anecdótico la primera semana, pero cuando se alargue en el tiempo y llegue el verano y el calor, va a ser una situación muy incómoda. A la vez, hay una serie de hechos sociales que se van a tener que gestionar de otra manera, como los cumpleaños. Cómo los vamos a celebrar, puedo celebrarlo con los míos o no. Cuando uno solo se tiene que aplicar esas medidas de higiene social es más fácil. Él es el productor: me protejo para ir al trabajo, vuelvo a mi casa y estoy seguro. El problema está al relacionarse: cómo me tengo que comportar. Va a generar un nivel de inseguridad tremendo.
-¿Inseguridad por hacerlo bien o mal en esta nueva situación?
-Inseguridad ante lo desconocido. Hemos sido programados para asimilar las costumbres y tradiciones de cada sociedad. Pero nosotros vamos a salir a un hábito social que es impuesto, que no es el resultado del consenso social,