El cáncer de próstata es el tumor no cutáneo más frecuente en el varón y representa la tercera causa de muerte por cáncer en hombres, después de las neoplasias de colon y de pulmón. Para su tratamiento se sigue empleando en muchos casos la prostatectomía radical abierta (extirpación de la próstata) y la radioterapia, ambas muy agresivas y con importantes secuelas funcionales: la impotencia y la incontinencia urinaria.
Así lo advierte el doctor Carlos Suárez Fonseca, Responsable del Grupo de Urología de Mínima Invasión del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid, quien subraya que, con el objetivo de mejorar estas secuelas, se han creado métodos más específicos como la laparoscopia tridimensional y el Robot da Vinci, capaces de mejorar la continencia, aunque para estos la disfunción eréctil sigue siendo un reto.
En torno al año 2000, eso sí, celebra la aparición de la crioterapia o tratamiento con frío de los tumores de próstata, de riñón, de páncreas, de hígado y de pulmón. «A nivel prostático mantiene su auge porque es una técnica mínimamente invasiva, que provoca muchas menos secuelas a nivel de potencia sexual, aunque dependiendo del tipo de tratamiento; y a nivel de incontinencia urinaria, son muy pocos los pacientes los que la presentan»,