Que tu vivienda haya sido devorada por la lava de un volcán y con ello tus recuerdos, tus fotos de familia, tus documentos y tus objetos más personales supone un drama personal, pero también, advierten expertos en psicología y psiquiatría, genera un estrés postraumático que puede dejar huella durante muchos años.
Lo explica el psicólogo clínico Rafael Santandreu, quien advierte de que las adversidades naturales como tsunamis, terremotos, lluvias torrenciales o erupciones volcánicas como la ocurrida en La Palma, causan estrés postraumático y dejan durante años cuadros de ansiedad, ataques de pánico y depresión secundaria.
Santandreu, exprofesor de la Universidad Ramón Lluch, en Barcelona, detalla que el estrés postraumático por una catástrofe natural se comporta peor que en otros casos, como atracos o incluso conflictos bélicos, ya que arrastra la idea de que el individuo está totalmente indefenso ante cualquier fenómeno natural y genera un estado de alerta permanente y ansiedad ante cuestiones menores.
Y advierte de que ese estado de alerta mantenido en el tiempo acaba derivando en depresión y puede llegar a ser totalmente invalidante para la persona que lo padece.
Santandreu, autor del libro Sin miedo,