Una cuestión interesante es que los alimentos menos saludables, como los ricos en grasas o azúcares, a menudo son los más apetecibles. La neurociencia se ha interesado mucho sobre este fenómeno, y ha encontrado algunas explicaciones muy sorprendentes.

Efectos en los centros de recompensa del cerebro

Por ejemplo, un reciente estudio publicado en el medio especializado Cell Metabolism ha analizado el modo en el que consumir alimentos altos en grasa y en azúcar altera los centros de recompensa de nuestro cerebro, haciendo que prefiramos esta clase de comidas.

Específicamente, estos investigadores tomaron a 57 individuos sin sobrepeso, a los que dividieron en dos grupos. A lo largo de ocho semanas, el primero de ellos recibió diariamente un yogur alto en grasa y en azúcar, mientras que el segundo recibió uno bajo en ambos componentes. Más allá de esto, los grupos continuaron con su dieta usual. Paralelamente, evaluaron el funcionamiento de su sistema dopaminérgico (uno de los principales centros de recompensa en el cerebro) y ciertos aspectos de su conducta hacia los alimentos.

En ambos grupos, los parámetros metabólicos y el peso se mantuvieron similares. Sin embargo, los participantes que habían consumido el yogur azucarado tenían una menor preferencia por los alimentos bajos en grasa, y tenían mayores respuestas cerebrales al anticipar y consumir batidos azucarados.

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