Distantes, solitarias, calculadoras, altivas… todos ellos son calificativos que se suelen asociar con las personalidades frías. Sin embargo, este tipo de personalidad no implica ser antisocial ni negarse de forma rotunda a disfrutar de la compañía de los demás sino hacerlo, sencillamente, de otra manera que no siempre acaba de ser aceptada por los demás.
Los expertos señalan que algunas de la principales características de las personas frías es su carácter extremadamente racional – no se dejan llevar por los sentimientos y tienen una visión muy analítica de la vida-, su inteligencia – sobre todo para reconocer a los distintos tipos de personas y saber cómo van a actuar, lo que en ocasiones puede servirle para utilizarlas-, su parquedad en palabras – son más de observar, analizar y poco de hablar-, su desconfianza – cuentan con una especie de coraza para protegerse de los demás quizás debido en muchos casos a malas experiencias o traumas del pasado- y su visión más bien pesimista y actitud defensiva ante la vida.
¿Cuáles son las principales ventajas e inconvenientes de una personalidad fría? ¿Cómo tratar a una persona que se muestra distante sin que llegue a afectar a nuestra propia autoestima? Resolvemos estos interrogantes a continuación:
Los psicólogos señalan que una de las principales desventajas que suele ocasionar tener una personalidad fría es que provoca el alejamiento de los demás.