Existen pocos organismos en el mundo natural que no tengan depredadores: casi cualquier ser es vulnerable a ser devorado por otros más grandes o más fuertes. Hasta hace poco, se creía que los virus eran la gran excepción (algo que no resulta tan absurdo si tenemos en cuenta que a duras penas pueden clasificarse como ‘organismos’ o ‘seres vivos’, aunque cuenten con material genético y sean capaces de reproducirse), pero un nuevo descubrimiento promete cambiar esta concepción.
El primer ‘viróvoro’
De hecho, los virus son ingeridos incidentalmente por una gran cantidad de organismos, y ya se sabía que podían formar una pequeña parte de la dieta de ciertos protistas (un tipo de organismo unicelular) marinos. Sin embargo, no se conocía ningún ser que pudiera calificarse como realmente ‘viróvoro’ (esto es, en el que los virus contribuyeran de una manera indispensable a su aporte de energía o nutrientes).
Por eso, resulta sorprendente el estudio publicado en el medio especializado en el medio académico Proceedings of the National Academy of Sciences, que describe que un género de protistas acuáticos llamados Halteria, parte de lo que conocemos como plancton de agua dulce, no sólo consume ciertos tipos de virus (específicamente, virus gigantes del género Chlorovirus) sino que es capaz de crecer y aumentar su población gracias a ello.