Cada vez son más los deportistas que empiezan a hacer ejercicio en ayunas, es decir, sin haber ingerido ningún alimento antes de su realización. La razón para llevar a cabo esta práctica es, básicamente, el deseo de perder peso más fácilmente.
Sin embargo, existe una gran controversia sobre si es perjudicial o saludable realizar deporte en ayunas. Son muchos los que apuntan a que no está recomendado para todo el mundo, ya que puede causar perjuicios para la salud, por lo que no conviene abusar de esta práctica.
Uno de los objetivos que tiene realizar deporte en ayuno es adelgazar y perder grasa de forma más eficaz. Varios estudios recopilados por la Revista de Endocrinología Clínica y Metabolismo (JCEM) confirmaban que el ayuno durante la práctica deportiva fomenta la pérdida de grasa.
Esto es debido a que, durante el ayuno, los niveles de insulina descienden y el cuerpo dejará de utilizar el azúcar como fuente de energía para empezar a consumir grasa.
La misma anotación hacen desde la web de Gym-in, donde explican que el cuerpo, al hacer ejercicio, convierte las reservas de glucógeno en glucosa para aportar energía. Al no disponer de suficiente glucógeno, el cuerpo empieza a utilizar como fuente de energía las grasas.
También esta combinación puede ayudar al aumento de la hormona del crecimiento (GH), que ayuda al cuerpo a producir tejido muscular, a quemar grasa, y a mejorar la calidad de los huesos.
Al hacer ejercicio en ayunas, hay que tener en cuenta otros efectos aparte del de la pérdida de grasa que pueden hacer que no sea recomendable para todas las personas realizar esta práctica y, sobre todo, que no se aconseje hacerla de forma excesiva.
Para empezar, el glucógeno es la principal fuente de energía que usa nuestro organismo, por lo que hacer ejercicio en ayunas puede alterar el funcionamiento de este, produciendo desmayos o mareos, sobre todo, si no se está acostumbrado.
Otro de los efectos que tiene hacer deporte en ayunas es que se puede notar un menor rendimiento físico durante la práctica. Esto puede dar lugar a peores resultados, falta de ánimo, desmotivación o en no llegar a cumplir los objetivos marcados, por lo que puede que no se consiga la deseada pérdida de grasa.
Además, es importante comer después de realizar el ejercicio en ayunas,