Marian no recuerda su mutilación porque se la hicieron cuando solo tenía una semana, pero sí conoció el sufrimiento de otra niña a la que «el corte» dejo dos meses sin andar, lo que marcó a esta mujer nigeriana y la convirtió en una activista contra la ablación para poner fin a esta violencia.

Residente en España desde hace diez años, Marian se ha unido a Médicos del Mundo en el combate de esta práctica a la que han sido sometidas 200 millones de mujeres en el mundo que y ha sido una de las participantes en la batucada y microteatro que la ONG ha organizado en la Puerta del Sol de Madrid bajo el lema ‘Stop mutilación’.

Decenas de mujeres africanas han aprovechado el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina (MGF) para pedir el fin de esta violencia contra mujeres y niñas. «Nosotras vivimos sufriendo para que los hombres puedan estar felices», ha manifestado a Marian, que reconoce que no siente placer al practicar sexo y no quiere que a sus hijas, de 8 y 6 años, les pase lo mismo.

Ha contado a sus hijas los riesgos de la mutilación y tiene claro que no dejará que «las corten» cuando visiten su país de origen, aunque sabe que tendrá que enfrentarse a las críticas de su familia, que sigue practicando la mutilación. Además, está dispuesta a «no quitar ojo» a las menores cuando vayan de vacaciones a Nigeria y no permitirá que las miren para ver si están mutiladas o no.

El miedo al rechazo es el principal obstáculo a la hora de lograr combatir esta tradición, porque, según la somalí HodanSulaman, mediadora del Programa contra la MGF de Médicos del Mundo, en África «se vive en comunidad y hay que hacer lo que esta te diga».

Relata que en África no hay consciencia de los riegos que supone la mutilación,

 » Leer más