Son cuatro robots, cuatro dispositivos que cuando funcionen a pleno rendimiento serán capaces de realizar 2.400 pruebas de PCR al día, por máquina, y alcanzar así los casi 70.000 test semanales. Y desde hace unos días estas nuevas armas contra el Covid-19 se ponen a punto en el Instituto de Salud Carlos III y el Hospital de la Paz, en Madrid, y en el Clínic y el Vall d’Hebrón, en Barcelona, gracias a una iniciativa privada que arrancó en grupo de WhatsApp, a horas intempestivas, y que ha conseguido introducir los sistemas en nuestro país con el apoyo de la empresa privada y la colaboración Ejecutivo.

«Ahora mismo estamos realizando pruebas y calibrando las máquinas, pero a finales de esta semana podremos ofrecer más datos sobre su funcionamiento», indican desde el Hospital de La Paz. «Estamos adaptando los sistemas a los protocolos de cada centro», añade Sandra Figaredo, consultora senior de asuntos públicos en Llorente y Cuenca. Ella, junto a cuatro amigos, es una de las responsables de que estos cuatro robots hayan llegado a España. «Estábamos en diferentes grupos de WhatsApp, tratando muchos temas de tecnología. Redactamos un proyecto y nos pusimos a pensar cuáles iban a ser las necesidades más urgentes para la sanidad», recuerda Figaredo. Evidentemente, ahí estaban los respiradores, las mascarillas, los trajes de protección individual. Pero los cinco tuvieron claro que uno de los elementos que iban a marcar la diferencia en la lucha del país contra la pandemia era la capacidad de hacer pruebas de PCR a la población: en otras palabras, para saber cómo actuar es imprescindible contar con datos acerca del número real de infectados. Considerados por la Organización Mundial de la Salud como el método de referencia para detectar los contagios, los test PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) consisten en tomar una pequeña muestra de la nariz del paciente y amplificarla para buscar rastros de material genético del virus.

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