Caminar es una de las actividades físicas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para prevenir ciertas enfermedades y mantener hábitos de vida saludables.

En este sentido, tener una rutina diaria de actividad física moderada contribuirá a mejorar el estado del sistema muscular y cardiorrespiratorio, y la salud ósea y funcional. Además, reducirá el riesgo de padecer patologías como la hipertensión, la diabetes o el accidente cerebrovascular y, sobre todo, ayudará a controlar el peso para evitar la obesidad.

Algunas de las actividades físicas más habituales pueden ser montar en cicicleta, andar o practicar algún tipo de deporte. Siguiendo los parámetros de la OMS, se aconseja que las personas adultas dediquen, como mínimo, 150 minutos a la semana a la práctica de una actividad física aérobica de intensidad moderada, como puede ser caminar, aunque para lograr mayores beneficios este tiempo puede aumentar hasta los 300 minutos semanales.

Uno de los beneficios de caminar es que contribuye a la pérdida de peso que dependerá de la duración y de la intensidad, además de la composición de la dieta. De esta manera, como subrayan los expertos de Mayo Clinic, «una combinación equilibrada de actividad física y cambios en la alimentación, que incluyen ingerir menos calorías,

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