Practicar una actividad física de forma regular contribuye a mejorar el sistema cardiorrespiratorio, a fortalecer los músculos, a regular la salud ósea y funcional y, en definitiva, a reducir el riesgo de sufrir enfermedades no transmisibles como la diabetes, la obesidad o la hipertensión.

Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda la práctica de una actividad física aeróbica de intensidad moderada de 150 minutos durante cinco días a la semana para personas adultas, esto es, de al menos 30 minutos diarios. Si se quieren lograr mayores beneficios, este tiempo de entrenamiento puede aumentar hasta los 300 minutos o una hora diaria.

Sin embargo, es complicado determinar la duración óptima de una sesión de entrenamiento porque variará de una persona a otra dependiendo de diversos factores como el objetivo que se desea conseguir, el nivel de práctica, el tiempo disponible, el número de series realizadas y el tiempo de descanso entre cada serie, según explican en Domyos.

Así, el primer factor a tener en cuenta es el estado físico general, sobre todo si eres principiante. Por otro lado, la duración dependerá de la intensidad de los ejercicios, ya que no es lo mismo caminar que el método tábata o un entrenamiento HIIT,

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