Parece haber consenso: los españoles cada vez comemos peor. Presumimos de tener la dieta más sana del mundo, la dieta mediterránea, pero la estamos perdiendo. Según un estudio liderado por el Ceigram de la Universidad Politécnica de Madrid, la dieta española se está desviando hacia otra alternativa que contiene tres veces más carne, productos lácteos y azúcar, y un tercio menos de frutas, verduras y cereales.

Por contra, cada vez comemos más procesados y ultraprocesados. Ya somos el segundo país mediterráneo con mayor consumo de este tipo de alimentos, según datos de la Universidad de Sao Paulo. Un estudio de Public Health Nutrition sobre Europa asegura que en España uno de cada cinco alimentos que se consumen son ultraprocesados. Su presencia en la dieta española se triplicó entre 1990 y 2010. Y por esa peligrosa senda continuamos.

El sistema NOVA, creado en Brasil por la Universidad de Sao Paulo, propone limitar el consumo de alimentos procesados para fortalecer el sistema inmunológico. Para ello, clasifica el grado de procesamiento de los alimentos y sus implicaciones nutricionales.

Habla de cuatro tipos de alimentos:

  1. Frescos o mínimamente procesados (hojas, tallos, raíces, tubérculos, frutas, semillas, pescado, carne, casquería, huevos o leche).
  2. Ingredientes culinarios procesados (aceites vegetales,

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