Casi todos los tejidos que componen el ser humano tienen una gran capacidad para repararse tras una lesión, un aspecto clave en ciertas ramas de la medicina como la regenerativa. Sin embargo, hay algunas excepciones, y una de las más notables es el corazón.

Aunque las causas detrás de esta particularidad hasta ahora se desconocían, un nuevo estudio podría haber hallado una respuesta. Y tiene que ver con un mecanismo que, en condiciones normales, parece proteger al corazón de otro tipo de problemas.

Poros nucleares, claves para la comunicación de la célula

Tal y como explican los autores, adscritos a la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) en un artículo publicado en la revista científica Developmental Cell, la membrana que envuelve el núcleo de nuestras células tiene una serie de poros que son imprescindibles para el intercambio de información (en forma de moléculas) desde el interior hacia el exterior. Como es lógico, este flujo de información es vital para determinar las funciones que la célula puede realizar.

Por ahora, una de las preguntas que esto ha venido suscitando en los científicos es si las células pueden alterar estos poros para regular sus propias funciones, y, en caso afirmativo, cómo lo hacen.

Tratando de solucionar este enigma, estos autores han mostrado que las células musculares del corazón de las ratas (un modelo animal muy empleado por sus similitudes con el ser humano) experimentan una disminución de hasta el 63% de los poros nucleares durante su maduración,

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