EFE

Exoesqueleto

Un paciente tetrapléjico ha podido mover los brazos y las piernas gracias a un exoesqueleto controlado por las señales procedentes del cerebro y, aunque los expertos advierten que aún queda mucho para perfeccionarlo, consideran estos primeros resultados como «prometedores».

Un estudio que publica este jueves The Lancet firmado por investigadores franceses recoge los resultados de dos años de pruebas del exoesqueleto, que permite al paciente dar pasos, aunque para ello el dispositivo está anclado al techo para poder guardar el equilibrio.

La revista publica un vídeo en el que se ve a un hombre de 28 años sujeto a un exoesqueleto de gran tamaño mientras camina a lo largo de una sala y también cómo puede girar un brazo y dirigirlo hacia un objeto.

Aunque los firmantes del estudio consideran estos primeros resultados «prometedores», señalan que el sistema «está muy lejos de la aplicación clínica» y «requerirá importantes mejoras» antes de que pueda estar ampliamente disponible», señala The Lancet en un comunicado.

Este nuevo exoesqueleto es «el primer sistema inalámbrico semiinvasivo de cerebro-ordenador diseñado para un uso a largo plazo para activar las cuatro extremidades«, indica Alim-Louis Benabid profesor emérito de la Universidad francesa de Grenoble.

Hasta ahora, apunta, se habían usado «dispositivos de registro más invasivos implantados bajo la membrana más externa del cerebro, donde finalmente dejaban de funcionar».

El paciente que ha usado el nuevo dispositivo está paralizado desde los hombros y solo mantiene algún movimiento en el bíceps y la muñeca izquierda, lo que le permite usar una silla de ruedas eléctrica controlada con un «joystick».

A whole-body exoskeleton, operated by recording and decoding brain signals, has helped a tetraplegic patient to move all four of his paralysed limbs: results of a 2-year trial @TheLancetNeuro https://t.co/5KaJ9qLSaz pic.twitter.com/2Rr9sSXrNr

— The Lancet (@TheLancet) 3 de octubre de 2019

El primer paso fue implantarle a cada lado de la cabeza, entre el cerebro y la piel, en las zonas que controlan el movimiento, dos dispositivos que traducen las señales cerebrales de los movimientos que piensa el paciente y envía órdenes al exoesqueleto para realizarlos.

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