Las fuertes rachas de viento procedentes del desierto del Sáhara arrastran consigo partículas de polvo que, en muchas ocasiones, llegan hasta distintos puntos de Europa y de América. Es lo que sucederá durante estos días en España, cuando los niveles de polvo serán superiores a lo habitual.

Aunque, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, el mencionado polvo contiene nutrientes y minerales, incluido el hierro, necesarios para la fotosíntesis y otras funciones celulares, también puede tener efectos adversos para la salud de las personas si se superan los niveles de riesgo marcados por la OMS.

Este fenómeno puede traer consigo, además, «bacterias, virus, esporas, hierro, mercurio, y pesticidas que presenta el polvo», sustancias contaminantes que recoge «a su paso por zonas deforestadas del Norte de África, particularmente los países subsaharianos intensamente afectados por desertificación», tal y como explican desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS), afiliada a la OMS.

Los problemas de salud asociados al polvo del Sáhara afectan, sobre todo, a las personas con enfermedades respiratorias, como el asma. Además, puede provocar molestias en ojos y garganta.

Con la previsión de que esta nube de polvo va a afectar, en esta ocasión, a España, desde la OPS ofrecen una serie de recomendaciones para tratar de evitar los problemas respiratorios que pueda ocasionar.

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