Los juguetes sexuales juegan un papel muy importante en la sexualidad humana desde tiempos inmemoriales, con la relevancia que eso tiene para nuestra salud. Incluso, algunos de ellos pueden emplearse para hacer ciertos ejercicios con un impacto positivo en áreas de nuestro bienestar que van mucho más allá de la sexual.
Como es natural, estos objetos entran en contacto con zonas delicadas de nuestro cuerpo que en un momento dado pueden servir de puerta de entrada a ciertas infecciones. Por ello, es fundamental extremar las precauciones en cuanto a higiene para evitar tener problemas.
Precauciones en el uso
Según explica la organización sin ánimo de lucro norteamericana Planned Parenthood, uno de los puntos principales a tener en cuenta es que es posible transmitir infecciones de transmisión sexual (ITS) a través de los juguetes sexuales. Esto resulta determinante no sólo en el modo en el que se deben limpiar y almacenar, sino también en algunas precauciones básicas a la hora de usarlos.
Por ejemplo, puede ser recomendable usar condones en aquellos que lo permitan para evitar que entren en contacto con los fluidos corporales. Esto es especialmente indicado cuando el uso de los juguetes es compartido: en esos casos, se debe cambiar el preservativo antes de que los juguetes toquen los genitales de cada persona.