No es muy raro que muchas personas, al contacto con un determinado medicamento o sustancia química, experimenten una molesta reacción adversa en la piel. En conjunto, estos cuadros se conocen como toxicodermias, y es importante aprender a identificarlas y a dar con el desencadenante para evitarlo en el futuro.
¿Qué son las toxicodermias?
Las toxicodermias son un conjunto de reacciones cutáneas o en las mucosas (dermatosis) provocadas por determinados medicamentos o sustancias que ingresan en el cuerpo por vía oral, inhalatoria, parenteral, tópica o por cualquier otra. Pueden presentar distintos grados de gravedad y formas, y son más comunes en la infancia.
Los medicamentos más propensos a provocar este tipo de reacciones son los antibióticos, los anticomiciales y los analgésicos y antiinflamatorios.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas de las toxicodermias pueden variar ampliamente según el tipo de reacción. Así, por ejemplo, pueden tomar la forma de exantemas (escarlatiniformes: pequeñas máculas que pueden formar placas; morbiliformes: pápulas más grandes; y roseoliformes: máculas no confluentes que aparecen en el tronco, las palmas y las plantas), eritema fijo pigmentario (placas violáceas redondeadas, en ocasiones con ampollas), urticaria y angioedema (habones pruriginosos), erupciones acneiformes (pápulas y pústulas monoformas en frente, hombros y brazos), vasculitis (púrpura palpable en extremidades inferiores), enfermedad del suero (fiebre, artralgias y erupción morbiliforme o urticariforme),