Según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), más de cuatro millones de personas en España sufren insomnio crónico, y un 25% no sufre de manera transitoria. Para paliar el insomnio y otros problemas, como la ansiedad, la Agencia Española de medicamentos y productos Sanitarios constata que 32 de cada 1000 españoles recurrió al consumo de hipnóticos de forma habitual, los medicamentos más prescritos para inducir el sueño. Especialmente benzodiacepinas, con el Lorazepam (25%), el lormetazepam (25%), un 8% el zolpidem (8%), que son los más utilizados. La cifra, aunque que no ha subido mucho en los últimos años, sigue siendo bastante alta y sitúa en España entre los países del mundo donde más se consumen.

Un buen descanso es muy importante para la salud física y psíquica, por lo tanto, en caso de las medidas de higiene de sueño fallen y haya que recurrir a fármacos para conciliar el sueño, hay que tener en cuenta que recurrir a ellos de manera habitual no está libre de efectos secundarios y puede acarrear graves problemas de dependencia a largo plazo. Manuel Entrambasaguas, experto en medicina del sueño y miembro del grupo de insomnio de la SES (Sociedad Española de Sueño) , nos habla de los efectos del consumo de estos medicamentos y de las alternativas que existen.

Existen muchos fármacos distintos para combatir el insomnio, y todo ellos tienen que estar prescritos por un médico. Los grupos más utilizados son los hipnóticos y, dentro de estos, las benzodiacepinas, pero existen más. Manuel Entrambasaguas destaca tres grupos:

•Benzodiazepinas. De los más utilizados, “son el grupo más antiguo y siguen siendo muy empleados”, afirma. Los benzodiacepinas (BZD) son fármacos depresores de sistema nervioso y promueven la relajación, tanto física como mental y favorecen, por tanto, el sueño. También se utilizan para otros trastornos, como la ansiedad, fobias o TOC. Con muy eficaces a corto plazo, pero, “al ser fármacos depresores del sistema nervioso, producen, además de somnolencia, sedación, como una sensación de borrachera… porque al levantarnos es probable que el medicamento no se haya metabolizado del todo”. Aunque sus efectos a largo plazo son más peligrosos, “sobre todo en poblaciones más vulnerables, puede asociarse a deterioro cognitivo, mayor posibilidad de caídas…”. Además, producen dependencia e incluso provocando un efecto rebote, sobre todo “cuando se retiran de forma abrupta, porque el sueño que se genera con estos fármacos es distinto al sueño natural”,

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