Los efectos colaterales de la pandemia, la guerra en Ucrania, la subida de los tipos de interés de las hipotecas, el aumento brutal del coste de la cesta de la compra… son muchas las razones económicas que nos están obligando a perder el sueño últimamente. Sin ir muy lejos, la compañía Emma realizaba recientemente una encuesta cuyos resultados resultan reveladores: uno de cada cuatro españoles reconoce que el aumento del coste de la vida y la crisis económica está afectando a su descanso y un 30% afirma que está durmiendo menos de lo habitual debido a esta situación.

Según este mismo estudio, realizado entre personas de 16 a 65 años, 8 de cada 10 españoles destacan que un mal descanso les provoca una menor productividad en el trabajo, en sus estudios y/o en las tareas domésticas, y 6 de cada 10 sienten un aumento en los niveles de ansiedad (65%), una disminución de la empatía (63%) y un aumento de los sentimientos depresivos (60%). Además, más de la mitad considera que una mala noche de sueño disminuye la libido (56%).

Los expertos advierten que si no se pone remedio, este ‘estrés financiero’ podría desembocar en crisis de ansiedad o depresión. “El estrés financiero se puede definir como la angustia o presión ante una situación económica llena de incertidumbre que genera una sensación de vulnerabilidad o escasez.

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